El martes 15 de diciembre, el ejército de Estados Unidos voló por primera vez un avión espía U-2 con una inteligencia artificial como copiloto. Según Will Roper, subsecretario de Adquisiciones de Tecnología y Logística de la Fuerza Aérea, el vuelo fue un pequeño paso para la IA tras un millón de simulaciones.
Ocurrió en California. El Lockheed U-2, que realizó miles de misiones de reconocimiento sobre territorio soviético en la Guerra Fría, fue el avión elegido para experimentar con el programa ARTUµ,basado en el conjunto de algoritmos de inteligencia artificial para juegos µZero.
Durante la prueba, ARTUμ se convirtió en el comandante de una misión de reconocimiento en un ataque con misiles simulado sobre la Base de la Fuerza Aérea de Beale. Cuando estuvo al mando, la IA decidió dedicar el radar del U-2 a la búsqueda de lanzamisiles enemigos en lugar de la caza de otros aviones para su autoprotección. La Fuerza Aérea quiere tomar este tipo de decisiones mediante inteligencia artificial para mejorar sus opciones en batalla, pero ARTUμ no tiene control total ni puede anular las entradas del piloto humano.
Para confiar en la IA, el diseño del software es clave. Como una caja de interruptores hecha con código, el U-2 le dio a ARTUµ un control de radar completo mientras “apagaba” el acceso a otros subsistemas.
El diseño permite a los operadores elegir qué no hará la IA para aceptar el riesgo operativo de lo que hará. La creación de esta caja de interruptores de software, en lugar de caja de Pandora, ha sido un viaje de más de unos pocos parsecs para la Fuerza Aérea.
La ejecución de contenedores ARTUµ en nuestra nube FedLab también demostró que funcionarían de manera idéntica en el U-2: ¡no se requieren controles prolongados de seguridad o interferencias! Así es como sacamos el software en evolución, especialmente la IA, de nuestras nubes y lo colocamos de forma segura en aviones que vuelan a través de ellas.
Estados Unidos no es el único país que desarrolla pilotos virtuales para sus aviones militares. Rusia tiene el programa Su-57. España, Alemania y Francia trabajan en el programa SCAF. Y Reino Unido, Italia y Suecia colaboran en el BAE Systems Tempest. Esperemos que tanta IA sirva para mantener la paz.
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