El Dr. Waters informaba a sus pacientes sobre las numerosas falsedades e irregularidades científicas sobre el COVID-19 desde su consulta en Kildare, Leinster (Irlanda), hasta que uno de ellos, asustado, presentó una denuncia por creer que lo que decía el médico era peligroso y socavaba los mensajes dados por los profesionales de la salud pública y medios de comunicación. El Consejo Medico presentó una demanda al enterarse que el Dr. Waters dijo públicamente que no vacunaría a nadie contra el virus ya que no quería cargar con ello en su conciencia, finalmente una jueza falló al favor del consejo médico y suspendió la licencia del valiente Dr. Waters, de alrededor de 70 años.
El Tribunal Superior de Irlanda ha dictaminado que un médico general que le había dicho a un paciente que la pandemia de Covid-19 es «un engaño» debe ser suspendido temporalmente de la práctica de la medicina, informó el medio irlandés The Journal.
En una sentencia publicada recientemente, la jueza Mary Irvine dijo que estaba otorgando órdenes para suspender el certificado de ejercicio del Dr. Gerard Waters, en espera del resultado de cualquier procedimiento disciplinario completo sobre las acusaciones en su contra.
La solicitud que solicita la suspensión del Dr. Waters fue escuchada por el presidente antes de Semana Santa en privado. La decisión del tribunal ahora se ha puesto a disposición del público.
A su juicio, la jueza Irvine dijo que el Consejo Médico recibió una queja sobre el médico de cabecera de un paciente que asistió a su cirugía en septiembre de 2020, con una sospecha de infección en el pecho que le preocupaba que pudieran tener Covid-19.
Después de que le dijeron que la cirugía del Dr. Waters no podía derivar a los pacientes para las pruebas de Covid-19, el paciente acudió a otro médico. El otro médico dijo que los síntomas del paciente no eran compatibles con Covid-19 y que era probable que el paciente tuviera una infección en el pecho.
El paciente regresó a la consulta del Dr. Waters. En la cirugía, el paciente dice que vio un panfleto titulado “Ninguna pandemia nos está matando”. El paciente alega, según la jueza, que el medico le habló «sobre el engaño que es Covid-19».
También se alega que el Dr. Waters le dijo al paciente que el gobierno estaba estafando a la gente y que el uso de mascarillas estaba causando enfermedades, y que las personas que habían muerto a causa de la enfermedad no habían muerto realmente a causa del virus.
El paciente también afirma que el Dr. Waters le dijo que sus propios síntomas fueron causados por la mascarilla que llevaba el paciente, y la describió como «la maldita cosa tonta» que llevaba el paciente, dijo el juez.
Después de pensar “mucho” la situación, el paciente decidió presentar una queja por creer que lo que decía el médico era peligroso y socavaba los mensajes dados por los profesionales de la salud pública.
A raíz de la queja, el consejo médico se puso en contacto con el Dr. Waters. El cual admitió exponer su punto de vista sobre Covid-19 al paciente, pero afirmando que lo hizo de manera profesional, dijo el juez.
En su opinión, la jueza Irvine dijo en respuesta a las acusaciones que el Dr. Waters expresó sus puntos de vista sobre el manejo del gobierno de la pandemia Covid-19 y su investigación sobre la pandemia.
Afirmó que las medidas del Estado han “hecho más daño que bien”, específicamente el daño psicológico causado por los encierros. También proporcionó documentos provenientes del extranjero para respaldar sus puntos de vista, señaló el tribunal.
También dijo que el gobierno había instigado la «propaganda mediática» que se estaba utilizando para afrontar un colapso económico en el mundo occidental, y que el número de muertos por Covid-19 está inflado.
El médico también dijo que sus puntos de vista solo se han comunicado a los pacientes que buscan su opinión profesional y que no ha compartido sus puntos de vista en Internet.
El Consejo Médico dijo que en respuesta le escribió al Dr. Waters expresando sus preocupaciones y le pidió garantías de que se adheriría a la mejor práctica profesional y que seguiría las pautas de Covid-19, dijo el juez.
En febrero pasado, el Dr. Waters dijo a secciones de los medios de comunicación que no administraría las vacunas Covid-19 a los pacientes porque era un «objetor de conciencia», por lo que el consejo médico dio instrucciones a sus abogados para que presentaran una solicitud al Tribunal Superior para suspender su licencia por no seguir «pautas éticas».
El Consejo Médico dijo que estaba particularmente preocupado porque el Dr. Water no había remitido a ningún paciente suyo para una prueba de Covid-19, agregó el juez.
Oponiéndose a la solicitud para suspenderlo, el Dr. Waters argumentó que las condenas que tiene con respecto al Covid-19 estaban protegidas por su derecho a la objeción de conciencia. Y negó haber puesto en riesgo a sus pacientes, agregó la jueza Irvine. También argumentó que había un gran escepticismo en el público y en los profesionales médicos sobre las vacunas, y que sus acciones no equivalían a un intento de socavar la salud pública.
En su decisión, la jueza falló a favor del Consejo diciendo que estaba justificada la solicitud para suspender al Dr. Waters.
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