El ex confidente de Bill Clinton, que supuestamente buscó un puesto en la administración Trump en 2019, sería una fuente invaluable de información en el caso actual de Ghislaine Maxwell y también podría arrojar luz sobre los cuestionables esquemas de financiamiento de la Fundación Clinton, sugiere el analista de Wall Street Charles Ortel.
A principios de marzo nos hicimos eco de un artículo de Chris Spargo (periodista de Nueva york), publicado en Radar Online, donde hablábamos de que Doug Band, ex asistente de Bill Clinton, se había convertido en denunciante en el caso Epstein y brindaría evidencia que podría implicar al expresidente.
Sin embargo, Radar Online lo eliminó rápidamente, lo que provocó asombro entre los usuarios de Twitter, y Jack Posobiec ,de One America News Network, insistió en que la historia es «legítima».
El medio ruso Sputnik dijo también que ni Radar Online ni Spargo respondieron a la solicitud de un periodista de «explicar por qué la aparente bomba fue rechazada».
El analista de Wall Street, Charles Ortel, a través de Sputnik, hace un interesante repaso sobre todo este asunto que os compartimos traducido:
Teneo Holdings, la Fundación Clinton y Charity Bonanza
«Radar es una publicación en línea que ha realizado informes sólidos sobre muchos escándalos, incluidos algunos relacionados con los Clinton», dice Charles Ortel, analista de Wall Street y periodista de investigación. «Leí el artículo en cuestión y plantea algunas preocupaciones legítimas, pero no profundiza lo suficiente en las exposiciones planteadas por Band y su trabajo que pueden dejarlo a él, sus asociados, las ‘organizaciones benéficas’ de Clinton y sus donantes vulnerables a un proceso legal».
Doug Band, quien comenzó a trabajar como pasante no remunerado en la oficina del abogado de la Casa Blanca durante el primer mandato de Bill Clinton, saltó a la fama como un arquitecto clave de la post-presidencia de Clinton. Fue llamado un supuesto autor intelectual detrás de la Iniciativa Global Clinton (CGI), uno de los proyectos internacionales de la Fundación Clinton .
«A partir de marzo de 2015, noté algunas preocupaciones sobre las actividades de Band y cómo estas pueden empañar aún más la marca Clinton«, dice Ortel, refiriéndose a la colaboración entre la Fundación Clinton y la consultora Teneo Holdings, cofundada por Band en 2010.
Aunque Teneo era relativamente nuevo en «un campo abarrotado y ferozmente competitivo» que brindaba asesoramiento a empresas de primer nivel, las grandes multinacionales se alinearon para comprar los servicios de la empresa, señala el analista, que cree que Band pudo haber estado vendiendo acceso a los Clinton a través de Teneo.
«Band ciertamente se ha beneficiado, y probablemente inmensamente, de la construcción de Teneo, en parte, monetizando los contactos de Clinton a través de su participación activa en la Iniciativa Global Clinton», dice el analista de Wall Street.
En una entrevista reveladora de diciembre de 2020 a Vanity Fair, Band explicó que él y Bill Clinton acordaron que él «seguiría involucrado» en la Iniciativa Global Clinton y pagaría al ex presidente $ 2.5 millones «para formar parte del consejo asesor de Teneo». En ese momento, los asociados de los Clinton advirtieron que esto había creado «demasiados conflictos de intereses», según VF, ya que coincidía con el mandato de Hillary como secretaria de Estado de Barack Obama.
Cuando Hillary Clinton anunció su candidatura a las elecciones de 2015/2016, el supuesto esquema de «pagar por jugar» de la fundación Teneo volvió a ser el centro de atención. En octubre de 2015, WikiLeaks publicó un memorando de 13 páginas escrito por Doug Band. El documento detallaba cómo Band recaudó dinero para la Fundación Clinton de corporaciones de primer nivel que eran clientes de Teneo, mientras «presionaba a muchos de esos mismos donantes para que proporcionaran ingresos personales al ex presidente», como lo describió The Washington Post en ese momento.
«El memo parece ser una prueba irrefutable en el sentido de que corrobora las sospechas de que varias ‘organizaciones benéficas’ de Clinton funcionaban como cámaras de compensación donde se intercambiaba dinero por influencia y favores políticos bajo la apariencia de filantropía«, sugiere Ortel.
Sorprendentemente, Doug Band rompió todos los lazos con la familia Clinton incluso antes de la profunda derrota de Hillary en noviembre de 2016. Band y su exjefe se separaron en 2015 en gran parte debido a la disputa con Chelsea, la hija de Bill Clinton, según VF. Tras partir de los Clinton, Band se reunió en secreto con el secretario de Estado Mike Pompeo en septiembre de 2019 para discutir un posible trabajo en la administración Trump «como principal negociador de rehenes del gobierno de Estados Unidos».
El 2 de diciembre de 2020, Vanity Fair publicó una entrevista con Band titulada «Confessions of Clintonworld Exile», mientras que el 8 de diciembre de 2020 se anunció que Band se había retirado de Teneo Holdings. Según Radar Online, «también fue por esta época» que el ex confidente de Clinton «habló con investigadores criminales del Distrito Sur de Nueva York» sobre su exjefe.
Doug Band, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell
La suposición de Chris Spargo de que Band podría proporcionar evidencia que pudiera implicar a Bill Clinton en el caso Maxwell parece plausible, ya que Band ciertamente estaba en posición de saber mucho sobre la mayoría de las interacciones que involucran al ex presidente, cree Charles Ortel.
Ghislaine Maxwell, de 59 años, asociada desde hace mucho tiempo del, supuestamente difunto, abusador sexual convicto Jeffrey Epstein, fue acusada de incitación a menores, tráfico sexual de niños y perjurio. Actualmente está a la espera de juicio en julio de 2021.
Según VF, Band conoció a Epstein en septiembre de 2002, durante el ‘viaje humanitario’ de Bill Clinton a África a bordo del infame avión del multimillonario, apodado el «Lolita Express».
Además, Band le dijo a la revista que Clinton visitó la isla caribeña privada de Epstein, Little St. James, en enero de 2003 a pesar de las afirmaciones del ex presidente de que nunca había puesto un pie allí.
El ex asistente de Clinton insistió en que, a pesar de no tener ningún conocimiento sobre los delitos sexuales de Epstein, había estado tratando de sacar al financiero de la órbita del ex presidente desde 2002.
Sin embargo, esto no le impidió presentarse con el supuesto «proxeneta» de Epstein, Ghislaine Maxwell, en la fiesta del té de San Valentín de Felix Rey en la ciudad de Nueva York el 14 de febrero de 2007. Esto sucedió mucho después de que la policía de Palm Beach presentara una declaración jurada de causa probable declarando que Epstein debería ser acusado de cuatro cargos de actividad sexual ilegal con una menor y un cargo de abuso lascivo en mayo de 2006.
¿Podría Kamala Harris aclamar la limpieza de la casa del Partido Demócrata?
«En 2021, una pregunta es qué tipo de evidencia documental o fotográfica tiene todavía [Doug Band] que podría resultar útil para construir casos legales contra los acusados apropiados», dice Ortel. «Sospecho que el tráfico de correo electrónico que involucra a Band es extenso y que probablemente se le ha presionado mucho para que coopere con las autoridades».
Band parece ser una fuente de información invaluable tanto en los casos de Maxwell como de la Fundación Clinton, según el analista, quien destaca que ambos casos podrían desencadenar un efecto dominó de grandes proporciones, exponiendo a actores nacionales y extranjeros involucrados en un escándalo sexual o el supuesto esquema de «pagar por jugar» de Clinton.
«Band sería un excelente candidato para descifrar lo que realmente sucedió desde 2001 en adelante, ya que las supuestas ‘organizaciones benéficas’ de Clinton recaudaron cientos de millones de dólares, sin explicar nunca exactamente a dónde fueron los fondos entrantes, o las muchas ganancias privadas obtenidas por la familia Clinton y los conocedores, incluidos Band y su familia «, sugiere Ortel.
La pregunta es si el Departamento de Justicia de Joe Biden está dispuesto a llegar al fondo de los problemas en cuestión. Aún así, el analista de Wall Street no descarta que Kamala Harris y sus aliados progresistas «podrían dar la bienvenida a una limpieza del Partido Demócrata dirigida a familias políticas dinásticas». Para ilustrar su punto, se refiere al manejo agresivo de la procuradora general de Nueva York, Letitia James, de los escándalos sexuales y de hogares de ancianos que involucran al gobernador demócrata Andrew Cuomo, quien durante mucho tiempo ha sido considerado «intocable».
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