Los volcanes no son algo que solamos asociar a Rusia, pero los tiene, y algunos hasta son activos. Uno de esos volcanes es el Tolbachik, en la península de Kamchatka. Un equipo de investigadores acaba de descubrir un nuevo mineral surgido precisamente de las entrañas del Tolbachik.
El Tolbachik lleva miles de años durmiendo en esa remota esquina nororiental de Rusia, pero en 1975 tuvo una erupción por fisura. El fenómeno se repitió en 2012 aunque a menor escala. Las grietas y conos de ascuas que producen estas erupciones son un lugar fantástico en el que buscar nuevos minerales. De hecho, el volcán no es nuevo en esto de regalarnos nuevas piedras. Su caldera tiene el nada despreciable récord de haber parido 130 nuevos minerales. El último de ellos es la Petrovita, un compuesto de la familia de los sulfatos y de un vivo color azul verdoso que acaba de ser caracterizado por un equipo de científicos de la Universidad de San Petersburgo.

La Petrovita es un mineral cristalino compuesto por átomos de oxígeno, sulfuro de sodio y cobre que surge por precipitación directa de los gases volcánicos. Su estructura cristalina es única, aunque no muy diferente de la Saranchinita, otro mineral descubierto también en Tolbachik. Lo importante es que aparte de su bonito color, la Petrovita puede tener usos muy interesantes. La estructura cristalina del mineral es porosa y está surcada por múltiples canales que permiten el paso de iones de sodio. Esta característica convierte a la Petrovita en un excelente candidato para la fabricación de cátodos de baterías más eficientes.
La sustancia es escasa teniendo en cuenta que solo se ha descubierto en un volcán de una remota parte de Rusia, pero los cristalógrafos de la Universidad de San Petersburgo creen que pueden replicar su estructura en laboratorio y además incrementar su proporción de cobre, un metal de transición importante para su eventual desempeño como componente de baterías.
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