Vivimos en una era en la que la conexión a Internet es más importante que el cable de antena tradicional, pero si alguna vez has sintonizado un televisor quizá te hayas dado cuenta de un detalle extraño: nunca hay nada en el canal 37. Tan sólo estática. La razón de ello es aún más curiosa. Está prohibido.
La prohibición expresa no es universal, pero se extiende a muchos países entre los que se cuenta Estados Unidos, Canadá, México o Guatemala. La mayor parte de países que operan bajo el sistema NTSC no usan nunca el canal 37 aunque no exista una prohibición expresa para ello. En otros países el canal se reserva a ciertas transmisiones de radio, pero nunca a cadenas de televisión. La prohibición está tan extendida que ha dado pie a leyendas urbanas y teorías conspiranoicas.
Hablando de conspiranoia y de gorros de papel de aluminio. La realidad es que el Canal 37 está prohibido por una buena razón que tiene que ver indirectamente con los extraterrestres: es un canal reservado a los observatorios de radioastronomía.
La historia del veto al canal 37 se remonta a 1952. Ese año en Estados Unidos comenzó la adjudicación de frecuencias UHF para canales de televisión. 18 de esas adjudicaciones fueron para estaciones en el canal 37, y entre ellas había una en Paterson, Nueva Jersey. A unas 700 millas de esta localidad, en Danville, Illinois, las adjudicaciones comenzaron a preocupar a los responsables de un recién construido observatorio de radioastronomía.

Foto: Universidad de Illinois
El canal 37 de la banda UHF opera siempre en frecuencias de entre 608 y 614 MHz. Los observatorios de radioastronomía estudian las frecuencias que nos llegan desde el espacio entre las frecuencias de los 410 MHz y los 1,4GHz. El estudio de esas frecuencias permite aplicar técnicas como la interferometría de muy larga base (VLBI por sus siglas en inglés). La VLBI sirve para estudiar objetos activos en el espectro de radio como los púlsar o los Quasar, y se basa en el uso de varios radiotelescopios en diferentes lugares. Los astrónomos temían que la llegada de decenas de canales de televisión en esas frecuencias generaran tal nivel de interferencias que hicieran imposible la investigación.
En 1959, los científicos de la Universidad de Illinois aprovecharon una reunión de la Unión Internacional de Telecomunicaciones para hacer una petición realmente insólita: reservar el canal 37 para usos puramente científicos. Los responsables de la Unión básicamente se rieron de la petición, pero lo cierto es que cada vez había más peticiones por parte de cadenas de televisión para operar en ese canal, así que cada vez más científicos se fueron sumando a la petición.
La FCC tomó cartas en el asunto y decidió establecer una distancia de seguridad de 600 millas entre los radiotelescopios y las emisoras que operaran en esas frecuencis. También obligó a que las emisiones cesaran por la noche para dejar a los investigadores un margen de tiempo sin interferencias. Finalmente esas medidas dieron paso a una moratoria de 10 años en el uso de ese canal que acabó por hacerse permanente. Aún hoy, cuando la televisión en UHF ya no tiene tanta relevancia como antaño, el canal 37 está reservado para proteger la radioastronomía y tan solo se ha permitido el uso de ese espacio a equipamiento médico que opera a muy baja potencia.
La prohibición se extendió a otros países y todavía perdura hoy aunque las frecuencias a las que operan los radiotelescopios no sean solo esas y aunque cambien un poco de país a país. Fue uno de esos pocos casos en los que los científicos, para variar, ganaron la partida.
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