“Los autócratas que pretenden consolidar su poder acostumbran a reformar la Constitución, el sistema electoral y otras instituciones de modo que resultan desfavorable o debilitan a la oposición”
La paradoja trágica de la senda electoral hacia el autoritarismo es que los asesinos de la democracia utilizan las propias instituciones de la democracia de manera gradual, sutil e incluso legal para liquidarla”.
El control casi absoluto del PLD en todas las instituciones gubernamentales incluye los siguientes puntos:
• Mantiene la presidencia de la nación desde el 2004, en elecciones profundamente desiguales, con abuso del Estado y grandes déficits fiscales en las campañas electorales.
• Absoluto control del Poder Legislativo, arrebatando hasta la única senaduría opositora en el 2010
• Reformas constitucionales en el 2010 y 2015 para garantizarse el control del Estado.
• Dirigentes del PLD controlan el Consejo Nacional de la Magistratura, las altas cortes, la Cámara de Cuentas, y el Ministerio Público
• Elección de una mayoría de dirigentes y allegados en los órganos electorales.
• Apropiación de dos tercios del 10 por ciento de los ingresos fiscales que la ley destina a los ayuntamientos, a los que sustrajo $184 mil millones sólo en el lapso 2013-18.
• Violación sistemática de leyes fundamentales, como la del sistema financiero, la de salarios públicos, y la de Estrategia Nacional de Desarrollo.
• Manipulación de la opinión pública con tres mil comunicadores en las nóminas estatales, inversión publicitaria de $10 millones por día y presión a independientes.
• Utilización de jueces y árbitros electorales para destruir o reducir partidos opositores.
• El Comité Político del PLD, 35 miembros, decide hasta las reformas constitucionales.
• Cooptación de gran parte del liderazgo político, sindical, profesional, artístico, y dirigentes sociales mediante empleos, becas, compras y contrataciones.
• Creación de miles de empresas de dirigentes y allegados, mediante corrupción y privilegios.
• Controles sobre 1 millón 200 mil personas, mediante programas sociales que apenas promedian 30 dólares mensuales
• Incorporación a las nóminas y nominillas públicas de decenas de miles de dirigentes del PLD.
• En el 2016 designaron 33 mil empleados temporeros, activistas electorales.
• Map se declara con jurisdicción sobre el INPOSDOM, cuando se supone que es una entidad de derecho privado.
Haciendo mención del libro La Celestina y –su conexión oculta e implícita con los dictadores modernos y actuales Dominicanos–, Tomo I, del profesor Domingo A. Pérez Cruz, es sin lugar a duda una obra trascendental para la historiografía dominicana. En esta obra, analizada por primera vez desde la visión de los de abajo, su autor expone con debido rigor cómo la tragicomedia de Calixto y Melibea ha estado presente en la cultura y en importantes aspectos del devenir histórico dominicano durante más de siglo y medio.
Esta obra del profesor Domingo A. Pérez Cruz, no es un estudio biográfico de los dictadores dominicanos Pedro Santana Familia, Buenaventura Báez Méndez, Ulises HereauxLevel y Rafael Leónidas Trujillo Molina. Mas bien, es un análisis crítico de los tramos históricos en que estos gobernaron la nación en múltiples ocasiones y los daños irreparables que estos caudillos le hicieron al país.
Estamos ante un libro hecho con seriedad, en el cual se hace una extrapolación, si se quiere, del comportamiento asumido por el personaje de la Celestina en ese clásico de la literatura hispanoamericana y cómo, en esta obra lo podemos ver presente en las acciones malvadas de los sátrapas dominicanos que han dirigido el patrio lar.
¿Por qué La Celestina en lo dominicano? El autor Domingo Pérez piensa que la obra La Celestina no adquiere ese nombre porque ella sea uno de los personajes centrales, sino porque Celestina, por medio de sus manipulaciones toma el control de todos los personajes de la obra. Domingo deja entrever que es muy posible que el autor de la Celestina Fernando de Rojas buscara en ella personificar la manipulación. De esta manera, la manipulación se convierte en la piedra angular para la extrapolación de la Celestina en las actuaciones de nuestros dictadores dominicanos.
El profesor Pérez Cruz aplica sus buenos conocimientos de pedagogía en la escritura de este libro, puesto que entiende lo engorroso de la comprensión de los temas históricos. Es por ello por lo que lo escribe con una base didáctica, a fin de que el lector, sin importar su nivel de escolaridad, pueda entender los hechos que se tratan en el mismo.
El libro por demás lograr mantener al lector interesado en lo próximo a descubrir, ya que un escritor e investigador logra trascender en su ejercicio cuando hace aportes nuevos, contribuyendo con datos no antes conocidos, y este, por supuesto ha sido el trabajo tesonero de Domingo Pérez Cruz, con esta producción.
¿Otra razón del porqué de la Celestina y no otra obra?. Se debe a que esta obra denuncia la corrupción, la mediocridad y la podredumbre de la época (1500), males que están presente en nuestra sociedad 5 siglos después.
Otra cosa interesante que el profesor Domingo Pérez descubre, tras su perspicaz análisis de la obra La Celestina es que hay muchos aspectos de esta obra presentes en la cultura dominicana, que se pueden encontrar en el refranero dominicano. Ejemplos de estos populares refranes son: Coger la de Villa Diego, Más vale solo que mal acompañado, Pagar justos por pecadores, Quien a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija, Para el gusto se hicieron los colores, Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, etc.
El libro aplica con debido rigor científico los datos de los cuales se vale su autor para sustentar sus posiciones. Su autor se desplaza al lugar de los hechos, viajando a la República Dominicana donde se establece por varios meses para obtener testimonios y una amplia y diversa fuente de documentación en lugares como El Museo de la Resistencia Dominicana, el Archivo General de la Nación, Bibliotecas, y otros lugares donde tuvo la oportunidad de cotejar datos y enriquecer sus conocimientos.
Reconocemos que este libro en la medida que profundiza en el carácter de cada uno de estos dictadores documenta los hechos que se producen a rasgos generales, en esos periodos históricos, a fin de que el lector tenga una idea pormenorizada de lo que acontecía, la correlación de fuerzas y el poder político, sin que necesariamente sea un capítulo acabado. Le deja al lector la responsabilidad de continuar la exploración. De hecho, hay un segundo tomo de este libro, ya publicado, el cual amplia más sobre estos tópicos y hechos.
El acucioso investigador Domingo Pérez, también expone de manera magistral como la geopolítica dictaba nuestro porvenir. El concepto de expansionismo en los Estados, La doctrina del Destino manifiesto que buscaba expandirse desde las costas del Atlántico al Pacífico y la Doctrina Monroe: América para los americanos. En ese sentido, cuando el profesor trata el tema de la invasión estadounidense en 1916, dice lo siguiente “La invasión buscaba aparte de tener el control político y militar en el Caribe y América Central, era de apoderarse de las tierras de centrales azucareros y todos los negocios que el país hiciera con Estados Unidos.”
El caudillismo, es la denuncia de este libro, que a juicio del profesor Domingo Pérez ha sido el más terrible mal que ha aquejado a la República Dominicana desde sus inicios e incluyendo el presente, acertando el autor cuando dice que “La Familia Dominicana ha vivido un desorden desde Pedro Santana a Danilo Medina”.
En conclusión, pienso que los dominicanos hemos sufrido un gran atraso como resultado de la formación tardía de nuestra nación, ya que esto sucedió entre finales del siglo XIX y XX, y la cadena de eventos que se sucedieron desde entonces fueron muy convulsos y tuvo el dominicano que hacerles frente a estos sucesos, sin muchas veces tener plena conciencia de esos acontecimientos. Y esto, por supuesto, ha impactado en las decisiones que hemos tomado para enrumbar a la nación por el mejor sendero ya que el patriotismo dominicano que hoy exhibimos parece apoyarse en zapatas muy débiles.
Felicitamos al Profesor Domingo A. Pérez Cruz al autor por esta erudita investigación, la cual hace un aporte insoslayable para entender la historia dominicana desde otro ángulo, uno más objetivo y crítico, que se adentra en las raíces que originan el problema.